domingo, 22 de junio de 2008

Aterrizaje forzoso

Acá estoy, regresé (regresamos) después de mucho navegar por los cielos de multiples reinos.
Y regresé a mi nada, o a esta ciudad que es lo mismo.
Voy vagando por rincones a medias iluminados, a medias habitados.
No estoy fuera del sistema, tampoco estoy en él; vivo en una nave espacial en una ciudad que no es la más grande ni la más bella pero tampoco lo contrario, y a veces soy de arena y el viento me dispersa por calles que jamás conoceré.
La Voz esta detrás de mí, su espalda en mi espalda, fastidiado por que se han averiado los auriculares de su MP3 (cuando está así se ve aún más hermoso) y me pregunto y este muchacho de cabello oscuro sabrá que no sabría que hacer sin sus invasiones de animales abandonados y su mutismo de música incomprensible.
Hoy la ciudad me resulta hostil...
hostil por su frío sin ganas
hostil por sus colores desvalidos
hostil por su “sí pero no”
por su miedo de alcoba tibia
por sus silencios
sus noches sin amigos
sus días de sol muerto
Sostengo mis huesos sólo por esta inquietud de salirme de mí, por esta nostalgia de lo que aún no sucede, este recinto aéreo en que habitamos 3 gatos, un perro, una iguana, 2 hurones (nueva adquisición de mi copiloto), un muchacho de ojos de miel y yo (la hija de un capitán sin barco, desterrada de un reino que nunca existió)

Hoy soy de arena...