viernes, 8 de mayo de 2009

El otro lado

¿Qué queda para el árbol que crece
en el margen violento de la vereda?
¿Qué raíz amarga,
sabia herida,
rencor del golpe en la espalda?

Ser lo que le sobra a esta Ciudad
-reina sucia,enmohecida,
Saturno deglutiente de piernas dobladas-
ser menos que nada
y tener que vivir igual.

¿Qué queda
desde la vereda sucia,
desde la sangre en las alcantarillas
para el árbol inclinado
que busca sombra?
¿Para la sombra misma
ya dolida,
rota,
cansada de ser sombra
y nada más?

¿Qué queda entonces
para estas manos
que se resisten a no ser vistas?
¿Para estos niños,
ya hombres,
ya mujeres,
recibiendo el golpe
en las piernas,
el vientre,
el sexo?

¿Qué queda si ya no estás,
si ya no estamos
para gritar?