sábado, 19 de diciembre de 2009

La Tarde

Caminábamos largas calles en busca de un helado, el más pequeño, el que podíamos, el más delicioso.
¿Cuál pedías? ¿Qué elegías entonces? ¿Qué elegía yo?
Las veredas no terminaban nunca, jamás estabamos regresando, tan sólo seguíamos el camino circular de vuelta a casa.
Y a veces eran tardes de agua tibia y subir a los techos a mirar el barrio. Eramos gigantes alados, reinas de la siesta y los charcos en el barro.
¿Qué soñabas entonces? ¿Qué colores veías en las nubes? ¿Qué colores veía yo?
Autos viejos, abandonados, como naves de ficción poblando nuestras aventuras; circos sin carpa y calecitas ambulantes despertándonos. El barrio era el Mundo, un mundo de cuatro veredas rotas y langostas al atardecer.
¿Desplegaron las alas aquellos insectos del verano? ¿Volvió a poblarse de cigarras tu tarde sin siesta?
¿Seguirán teniendo el mismo sabor los helados?
Las tardes ya no tienen tantas horas, ni caballos inquietos que alimentar o un camino de tierra poblado de amapolas rojas pero el Sol aún busca nuestros pies en el cañaveral y un sabor fresco de chocolate y limón crece lento cuando llega el Verano.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Melodia 1

Rabbit, inquieta, inclina las orejas para oir a La Voz entonar una muy triste, triste, triste canción de Jhonny Cash.
-Jhonny Cash canta principios como si fueran despedidas y finales donde todo inicia-
La Voz anda despacio, muy despacio los acordes gastados de "Hurt" y el tiempo no importa.
Cuando La Voz canta, Rabbit deja de ser lo que es y le crecen alas.

sábado, 24 de octubre de 2009

i´m The Rabbit in Wonderland

Rabbit piensa en el tiempo. Correr le gasta las orejas y le da sueño, pero no un sueño de imágenes que se queda en la piel, no; es un sueño de toboganes bruscos, uno de esos en los que llegar al arenero final es un golpe sin dolor contra los bordes retorcidos de las sábanas.
Rabbit cree que aún no tiene una forma definida para su madriguera, por eso corre. Eso cree. Pero a veces no sabe por qué corre.
A Rabbit le duelen los pies (justo donde la curvatura interna debería ser tranquilidad de agua dispersa y clara), se le acorta el aire debajo del vientre y las manos le quedan chicas para todo lo que intenta asir.
Desde el comienzo de la Primavera Rabbit vive en Lunes.

domingo, 18 de octubre de 2009

Imagen 1

Hay fotografias en los muros de esta nave mal templada. En todas está La Voz, en pocas la que suscribe (no me agradan las fotos, no cuando estoy en ellas).
Cada foto se inclina sobre mis delirios a beber lo que no digo.
La Voz no mira fotos, no si él está en ellas, sólo mira las fotos de las sombras que el Sol deja en el desierto.
La Voz duerme.
Yo, por primera vez en mucho tiempo, canto.

martes, 29 de septiembre de 2009

Sin despedir

Pájaros de fuego en la ventana, un reflejo de tu cuerpo a las 3 AM. Me visto, salgo e insisto con la Ciudad. Voy a dejarte notas de despedida en los bordes de las calles y una última palabra bajo las luces de la Estación.
No vamos a inventarnos ahora una espera, no vamos a planear reencuentros ni a buscar fotografías en los cajones.Seremos una eclosión de mercurio con mil átomos desterrados.
Te irás antes de que el mundo despierte; me voy antes de que despiertes.

sábado, 29 de agosto de 2009

Despierta, Alice! (1)

1-La Puerta

Escucho llantos de Alice en las alas del cuervo, veo su sombra dispersa en muros en los que nadie se lamenta, y los silencios del viento asechan bajo miradas quebradas.
Hay pozos, inmensidades verticales, deglutiendo las intenciones de esta niña en descenso y sus mil conejos muertos.
Alice no tiene salidas de emergencia y ha comenzado a usar la noche como insulto.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Luna de Fuego

Crecen los bordes,se desgaja el camino y salen a andar las hormigas por la vertiente de pan de mis huellas.
Las noches son de calor. Los ríos invitan a la precipitación de la cascada.
Fuego y sendero.
La Luna inicia.

lunes, 17 de agosto de 2009

LA CONDICIÓN DE LOS PERROS IV

3- La calle

De tierra

Veo mi orina oscurecer la línea ondulante que bordea las madrigueras de chapa de Los Amos, huele a sueño de langostas o fría despedida de los que pronto habrán de mentir el regreso. Dejo señales para una manada dispersa, pequeñas gotas ocre llamando a la muerte de otros.
Nada se queda sujeto tras mis pasos, ni la lluvia retiene su andar. Pero puedo dejar huellas. Y los cachorros humanos se llevan a los labios trozos de esta senda, puedo hundirme con ellos, soy uno de ellos. Juntos vemos el túnel del gusano, el rastro de los huesos, ojos fríos bajo el sol.
Andar esta ruta de barro seco sin buscar salidas, morder el aire como si fuera una mano sucia, saltar y dejar parásitos entre las rocas; es todo lo que intento ser antes de que llegue la tarde, y la siesta.

sábado, 8 de agosto de 2009

Postal

Una astilla en el extremo de los dedos,
una grieta en la sima de la garganta,
una sensación de molares quebrados
y un día frío
deslizándose en tus ojos.

Las calles inclinadas dejan su sombra
lejos de tu cuerpo
y la voz que tare el viento no te sabe,
no nos sabe
inquietos
mudos
sin tiempo.

viernes, 24 de julio de 2009

LA CONDICIÓN DE LOS PERROS III

4- Los juegos

En compañía

Mordernos el vientre. Atrapar nuestro olor. Caer de rodillas hasta sangrar. Cazarnos el alma entre los dientes. Corrernos y volver a perder.
Lo que dejemos nos hará replicas de Los Amos. Obtener la piel de nuestro espejo para poder comer es todo cuanto nos queda después de ser paridos.
He creído ver luces de un recuerdo de ojos cerrados en la boca abierta a la sed de los que corren a mi lado. Nos perderemos o nos alejaremos, es cierto, pero sólo habremos sido un revuelo de patas y rabos calle abajo.

miércoles, 15 de julio de 2009

Veinticinco-Cerosiete-Dosmilnueve

Sólo Decir que, en 10 días, llevaremos ya 3 años dando tumbos en este vieje sin rumbo, plagado de músicas (si, asi, en plural), animales (¡también en plural!) y algo de locura.

martes, 14 de julio de 2009

Las Mañanas

De pie a las 6:45.
Tengo frío, tengo frío, tengo frío.
Hay momentos decisivos en la vida de una langosta, el fin del verano es uno. El verano terminó, hace ya demasiado tiempo, como para que el cuerpo añore las ganas de sentir frío.
Pienso (sin filosofar, sólo pienso, eso es todo); hay viajes que se van complicando a medida que avanzan; otros se conflictuan antes de iniciarse; este viaje en zigzag en que nos hemos embarcado va mutando en tanta variedad de conflictos y complicaciones pre y post inicio que ya nadie lo nota.
Bebiendo café con leche a las 7:50.
Aún tengo frío (no voy a insistir).
Debería haberlo pensado antes de poner en marcha el motor pero hay combinaciones que instan a la impulsividad, La Voz entonando una canción de McCarteny es una de ellas (por lejos la que más desastres provoca). Soy un conejo en la galera de un mago cuando lo oigo cantar.
La Voz tiene ojos como de andar despacio en pleno terremoto y una paciencia infinita para el olvido, es todo lo delgado que puede y da pasos tan largos que me resulta difícil seguirlo.
Caminando por la Ciudad a las 10:37
No importa el frío.
Voy con La Voz, sumada a su deambular imprevisible, cantando algo que no conozco pero que brota de mi como un manantial. Cuando regresemos a la nave van a dolerme los pies, pero no importa.
Así es salir de viaje con La Voz.

domingo, 12 de julio de 2009

Abeja y Trébol

1-
Hoy descubrí el aroma de la pimienta. Tenía la forma del viento de Mayo en las mañanas.
¿Te acordás cuando no entendía los aromas? ¿Aún te acordás de los días en que el sol de la tarde se agotaba en despedidas eternas bajo el árbol de tu puerta? No tengo aromas para esos días, no tengo aromas para nada, salvo un leve deslizar de algo que entonces imaginé que podían ser flores de tu jardín o el viento que llegaba desde el mar.
Soy ciega de aromas. O lo era entonces. Ahora, a veces, creo poder recordar aromas que nunca sentí. El té, sahumerios, el mate de las tardes o una siesta tardía en el patio de baldosas negras.
No tengo formas para esos aromas, puedo inventarlos a gusto, y sin embargo sé, es más que probable, casi todos tengan el cuerpo del perfume de la pimienta subiendo ahora desde mis manos.

2-
Tardes de Domingo en la galería del patio de tu casa. Eran tardes que no iban a cambiar, que seguirán iguales. Quietos los gatos sobres las sillas, hojas secas húmedas sobre las baldosas, el mate haciendo su ronda sin azúcar y muchas palabras.
Tardes que no iban a cambiar.
Y cambiaron.
Otras tardes. Otras rondas de mate. Otras palabras. Que tampoco cambiarán hasta que todo se diluya.
Y vendrán otras voces, y tal vez tenga azúcar el mate que una mano cálida me ofrezca, una tarde de lluvia ida, en la galería de otro patio, otros rincones, otros ojos.

3-
No es triste. Lo que pasa y se va ya no es triste. Estoy acá porque alguna vez tu mano sujetó la mía y luego nos soltamos. Así es el rumbo. Los ríos se juntan sólo una vez, pero nosotros no somos ríos y vamos, como la rueda del molino, girando entre aguas nuevas y ríos idos.

viernes, 3 de julio de 2009

Descalza

1.

No importa cuanto llanto brote de tu dolor,
cuanta furia contenida estalle,
cuanta amargura invada tus entrañas;
en la soledad nada tendrá forma,
no habrá quien contenga tus venas,
no tomará forma ni tendrá color la mañana.

Los instantes vacíos de cada amanecer,
los rincones enmohecidos de tu vida
no oirán nombres dulces,
ni cobijarán susurros de miel.

2.

Busco auroras entre los pliegues de la noche,
sólo hay restos de pan;
busco flores ámbar en la estepa invernal,
sólo hay restos de pan;
busco el calor de la noche en las alas de un cuervo,
sólo hay restos de pan.

3.

Hoy no soy más que silencio en las paredes,
sólo una huella de libélula en el agua,
una esquirla de viento
en el cuello roto de una botella.

Hoy tengo apenas la forma oval de un lago quieto,
los contornos de un espejo en la noche,

Hoy soy de arena.

4.

Clepsidra de tierra,
molino de fuego,
alas de agua,
camino de aire,
niña incompleta buscando su sombra
que trae despojos del día en la mirada
y un huracán dormido bajo los pies.

Niña de mil maneras
que no sabe inventar nombres.


5.

Jacintos,
si la noche huele a jacintos no voy a saberlo, jamás.

Carezco de intentos, me sobran miradas;
soy un hueco en los sentidos.

Jacintos o destellos de luz,
es igual;
sólo hay silencios fríos, anidándome.

jueves, 11 de junio de 2009

Lagunar

Amanecer con el cabello disperso,
ser dos,
tres,
un millón de células diseminadas en el viento.

Caer del borde eclipsado de tus pupilas,
a la noche gris.

Luces del Sol bajo mis párpados;
verte inmóvil,de pie,
desnudo frente a la ventana:
días y noches crecen en ti.

Hay formas circulares que te contienen,
inquietudes de tu nombre en mi boca.

viernes, 8 de mayo de 2009

El otro lado

¿Qué queda para el árbol que crece
en el margen violento de la vereda?
¿Qué raíz amarga,
sabia herida,
rencor del golpe en la espalda?

Ser lo que le sobra a esta Ciudad
-reina sucia,enmohecida,
Saturno deglutiente de piernas dobladas-
ser menos que nada
y tener que vivir igual.

¿Qué queda
desde la vereda sucia,
desde la sangre en las alcantarillas
para el árbol inclinado
que busca sombra?
¿Para la sombra misma
ya dolida,
rota,
cansada de ser sombra
y nada más?

¿Qué queda entonces
para estas manos
que se resisten a no ser vistas?
¿Para estos niños,
ya hombres,
ya mujeres,
recibiendo el golpe
en las piernas,
el vientre,
el sexo?

¿Qué queda si ya no estás,
si ya no estamos
para gritar?

sábado, 21 de marzo de 2009

Miércoles por avión

"regalo para la Linterna"

Roger levantó la cabeza con una lentitud exasperante y fijó la vista en la pantalla de titilantes letras rojas, a decir verdad toda la operación fue bastante inútil ya que, sin las gafas, sólo alcanzaba a ver una sucesión de líneas y puntos centelleantes que no le decían nada. Consultó la hora en su teléfono móvil pero el gestó fue demasiado mecánico y no llegó a registrar los números en su mente, aunque tampoco le importó. De un parlante hostil emanó una voz lánguida pronunciando palabras apretadas en un idioma que no entendió por lo que decidió acercarse a la zona de arribos.
Detrás suyo, de pie, con un arrugado traje marrón, un hombre sostenía en alto un cartel donde había garabateado a toda prisa un nombre con tinta verde; unos metros más atrás otro hombre, algo robusto y calvo, sostenía otro cartel de letras imposibles. Le pareció que ninguno de los dos parpadeaba y se preguntó si no debería haber llevado su propio cartel, aunque más no fuera para sentir que hacía algo mientras esperaba. A pocos metros, a la derecha, una pareja de jóvenes permanecía en silencio tomados de la mano; junto a ellos un grupo integrado por tres señoras regordetas fijaba su vista en las puertas de arribo. A su alrededor varias personas iban y venían, o simplemente estaban de pie, sin demasiado entusiasmo.
La voz lánguida volvió a la carga con su discurso indescifrable. Con las manos en los bolsillos, Roger, oteo el panorama: los rostros de los recién llegados no le decían nada más allá de las ojeras de los hombres y los peinados alborotados de las mujeres. No eran “los suyos” por lo que giró sobre sus talones y se dirigió hacia la caseta del expendio de golosinas. Frente a una multitud de chocolatinas y paquetes de caramelos su mente se vació de pensamientos; lentamente recobró el aroma de un cuerpo lejano, el deslizar suave de sus manos por la desnudes de su espalda, las noches interminables al borde del abismo.
De pronto sintió un leve roce en el brazo y una tibieza que sujetaba firmemente su mano abierta. Volvió la cabeza en dirección a aquel contacto y entonces la vio: allí estaba, sin maquillaje, como siempre, con el cabello suelto y una maleta siguiéndola.
-¿Buscamos un taxi o caminamos?
Preguntó dejándole un beso sobre su boca cerrada.
-Caminemos.
Atinó a responder Roger y se dejó llevar de la mano. Como siempre.

sábado, 7 de marzo de 2009

LA CONDICIÓN DE LOS PERROS II

2- Los otros

Los humanos


Sus piernas rectas a la altura de mis ojos. Los veo masticar con fuerza algo de lo que sólo me llega el olor, sé que alguna vez tuve ese olor entre mis dientes pero la verdad se me escapa. Siento el roce de sus manos sobre mi lomo cansado y no quiero moverme hacia la sombra. Creo que podríamos haber sido un pueblo único llamándonos por nuestros nombres, no hay otros como ellos que tengan manadas tan agradables. Pero les faltan, o les sobran, no lo sé, pequeños intentos.
No me ven, si no traigo un hueso en la boca puedo morirme aquí mismo, juntar moscas, infectar su aire y no sabrán por qué han muerto. Somos dos pueblos demasiado cómodos, demasiado acostumbrados los unos a los otros ¿Nos necesitamos? Tal vez no.

lunes, 23 de febrero de 2009

LA CONDICIÓN DE LOS PERROS I

1- La siesta

Al sol


El calor no desanda la línea que va de mis patas delanteras al extremo último de mi rabo. No me pararé a beber agua, tengo sed pero no lo haré. Estrías de luz me impiden ver incluso mis pensamientos. Apenas tengo la seguridad de poder pensar en algún momento. Veo los ojos que me observan, es cierto, no sé pensar.
Dormir. Unicamente dormir, bajo esta instancia de deshidratación, es real ahora. Sueño formas que me llaman con el nombre de antes, con las voces de la Gran Madre. Soy nuevamente una ínfima partícula que no tiene límites; podría decir que floto pero no es lo que sucede, voy girando sobre mi propio cuerpo, buscando sonidos, placeres, diagramas de una vida que no tiene contornos. Voy a quedarme aquí, llamándome.
Sobre mí avanzan las sombras de la tarde, el suelo desprende vapores de despedida. Mi cuerpo vuelve a la vida antes que yo. Retornaré, lento como la noche que habrá de iniciar, y, otra vez, ladraré a los fantasmas que se desplazan en silencio.

martes, 13 de enero de 2009

Ahí vamos... otra vez

Nuestra nave (o lo que queda de algo que una vez fue una nave) descendió (más bien, cayó, con mucha gracia eso si) entra casas cubiertas de tierra y árboles.
No sé que nos depara este lugar, pero ya se verá…