domingo, 14 de agosto de 2011

La sombra en el ojo


¿A quién vas a crucificar ahora?

¿A quién vas a negar ahora el amor, el cielo?

¿A quién le tocó esta vez tu maldición de sal y cicuta?

Vas apurando el Mundo con tu lengua reseca,

vas dejando en tus huellas un reguero de sapos pestilentes.


¿A quién decidiste hoy regalarle tu hiel?

¿A quién vas a escupirle el plato rancio de tu ración?

Alimaña de colmillos estriados,

te veo erguir montículos de mierda como palacios,

e inclinas las sombras para no verte en los charcos.


Estás buscando corazones que devorar

y se te desintegran los dientes;

estás buscando manos que atar

y la soga se te enreda en el cuello, tu cuello;

estás buscando un cuerpo que destrozar

y sólo te queda el espejo.


¿A quién le implantarás el fracaso hostil de tu mentira?

¿A quién intentarás hundir en la rabia absurda que te pudre las mieles?

¿A quién, decime, a quién vas a culpar ahora de tu derrota?