viernes, 12 de diciembre de 2008

Latidos

1-

Tengo un multitud de guerreros bailándome en el pecho, es eso o una murga que me agita la sangre.
El corazón me late a toda prisa, como un conejo perseguido por los lobos de mi sangre, y no puedo detenerlo; no atino a encontrar la calma.
Rebotan, diástole - sístole, los pensamientos en el centro de mi pecho; soy un motor acelerado que no encuentra la maquinaria que lo justifique.
Late
late
late
late
cada vez más fuerte
sin que nadie oiga.
Va rebotando,
esternón contra esternón,
es un nido
de conejos inquietos
un panal sin salida
un torrente de agua a punto de desbordar.
Tam-tam
tam-tam
tam-tam
necesito aire
-ya-

2-

Aire,
aire,
aire,
el aire se alborota en mi
se huracana
crece
y estalla contra las paredes de mi pecho.
Inquieta mis arterias,
me acelera los latidos.
Tengo un puño
jugando tenaz
con los huecos de mi corazón.

3-

Hay cientos de miles
de millones
de múltiples seres
corriendo enloquecidos
por las arterias de mi corazón.
Se estiran
saltan,
gritan,
revolotean agitados
golpeándose contra las paredes de esternón.
Me suben a la garganta,
piden salir,
patalean,
gritan,
se llevan mi aire
y vuelven a su rincón
entre sístole y diástole.

4-

Un tren desbocado orbita las arterias que hacen nido en mi pecho.
No es aire lo que me falta, no es eso. Carezco de un freno para lo que se alborota en mi; no hay causes para este río de sangre inquieta, para esta respiración de múltiples vientos.
Tengo un panal en el pecho y no hay abejas para tanto polen.

5-

Gaitas, es eso.
Lo que se agita en mi es como el ritmo acelerado de una gaita triste llamando a los lobos.

6-

Corre.
La sangre en mi corazón
corre.
Busca un hueco silencioso
donde sosegarse,
una luz pequeña
donde reiniciar,
pero igual corre.
Corre,
corre,
corre
la sangre en mi corazón.

4 Arribos desde el último alunizaje:

Cris Cam dijo...

Me quedé sin aire, sin palabras.

Nada que ver con el título de tu entrada anterior. Digo, lo mío.

Por momentos miraba el texto y cerraba los ojos (que eso alguien me lo enseñó) y parecía estar escuchando esa suave voz que nos dejaba mirándonos unos a otros.

Esta escritura se parece, me parece, a un estallido de hormiguero.


Tu escritura siempre escarbó en la metáfora inquieta, dinámica, pero ahora, me refiero a estos poquitos textos del blog, la percibo más abierta y segura.

Un abrazote.

Blanc dijo...

Querida HDC: lo que se alborota en tu corazón es amor, ansioso por salir, para todos... lo que se alborota son ideas, sueños, entusiasmo, que aún no han encontrado su camino. Pero no inquietes, el camino está frente a ti, sólo tienes que verlo.

Se nota que un hilo de hermandad nos une, porque el cuerpo se nos manifiesta ante la vida de un modo raro, revelde, torpe, que nos enloquece.
Querida HDC, te adoro, más de lo que muchas veces te demuestro. Estoy siempre para tí, en todas partes, dónde estemos, aunque mil montañas nos separen. Sos la luz de mi destino mucho más de lo que crees. Has sido mi enseñanza desde que nací, mi ejemplo de vida. Y si no somos iguales es simplemente porque decidí no hacer lo mismo que tu, pero siempre te observo antes de tomar mis decisiones.
Este abrazo que nos une no va a poder separarnos nunca. Porque sos una de las tres personas que más amo en este mundo, ya sabés quienes son l@s otr@s dos.
Te adoro! Te contemplo! Te cuido, ahora y siempre.

Alba Cecilia Curia dijo...

Se agradece los elogios Criscam

Alba Cecilia Curia dijo...

Queria niña Ojitos:
Yo tambien la sùper adoro, y repito, yo naci antes pero la mayor es usted.
Besototes!!!