martes, 16 de julio de 2013
Queja de Elefante
domingo, 7 de abril de 2013
Amor-Desamor en Bs. As. o las consecuencias de un fin de semana con sobredosis de comedias románticas
martes, 4 de septiembre de 2012
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miércoles, 4 de abril de 2012
Abril o el otoño encantado

Abril lleva nombre de hada, hada inquieta, saltarina, de fuego.
Abril enciende esos ojos de niña guerrera y alborota el viento.
Abril empuja, grita que derritas los hielos eternos,
y sale corriendo como gorrión enloquecido.
Abril es pura magia descontrolada,
y te deja dando vueltas entre las alas de una libélula.
Abril con sus fuegos
se va, y vuelve, de una respiración a otra.
Abril como luna veloz
como sirena despeinada
como un destello de luz en la noche.
Sólo Abril.
sábado, 4 de febrero de 2012
En las tardes
-¿Va a llover?- le preguntó distraída
-Si tú quieres…- respondió él dejando el diario a un costado
-mm… está bien, pero espera que me quite las sandalias
Entonces él abrió la ventana y, tomados de la mano, recibieron las primeras gotas.
viernes, 30 de diciembre de 2011
Pronóstico
¡Qué bien!
las ventanas están abiertas
y el viento sopla en lo alto.
Caramelitos de fresa,
murmuran las niñas por las calles de piedra
y un palomo da de lleno contra el campanario.
¡Qué maravilla la siesta tardía!
si hasta los perros simulan soñar.
Un paso de rayuela,
estrategia de ajedrez,
la nube sobre tu casa va incorporando aguas del río
y te llueve,
nos llueve,
con sabor a destiempo.
¡Ay que delicia!
Parece que los sapos aprendieron tu nombre
y van croando en gorgoritos desentonados.
Una tarde de desbarajuste desorganizado,
con botes en las veredas
y helechos creciendo incontrolables.
Una tarde de té,
en la ventana.
martes, 27 de diciembre de 2011
Intenciones surrealistas a la hora de la siesta

Ser un tigre pero al revés y llevar la piel aerografiada de viento.
No sé qué momentos seleccionar, que días ir dejando amarrados
ni como acomodar en las maletas los retazos de memoria
que voy encontrando por ahí, entre las tablas del piso.
Desdoblo las mantas por no ir quedándome atrás
de los destellos del invierno ido.
Hay lagartijas azules hurgando rincones en la galería del patio
y un minotauro en miniatura acorrala hormigas contra el rosal.
Cierro los libros sobre la mesa de la cocina, uno cada hora;
les voy marcando las tapas con hilos verdes y luego los dejó ahí,
casi desinteresados del tiempo.
Preparo montes de arena y azúcar al borde de la mesada,
destejo swters (sólo los rojos) y me pongo en puntas de pie
descolgando sábanas y libélulas.
Me disgrego, depongo intenciones de insistir,
busco sombra bajo los árboles y me duermo soñando tu boca
(una vez más)