fuegos, fueguitos, de una mirada de carbón indeciso;
un zumbido de abeja reina en una vieja cinta, en un viejo radiograbador;
doce vueltas de ventilador;
la lista de compras, de hace tres meces, pegada en la heladera;
un zapato, unito sólo, entre la puerta y las ganas de las gatas;
gotas del rocío en el mantel de la cocina;
vasijas de greda con anhelos de miel;
un susurro de zarigüeya en la vuelta de mis aretes;
hojas de roble en algún rincón de algún verso;
el vuelo suspendido de una luciérnaga sobre tus hombros;
un beso en un cuenco de arroz;
sabanas limpias;
un libro sin empezar;
y la contratapa gastada del último disco grabado en Londres.
Todo eso intento atraparte
para que alguna vez recuerdes este día de calor
pero no,
tal vez no.
Soy inconstante
y vacilo.
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